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sábado, 27 de junio de 2015

voy a empezar pidiéndote perdón
porque hay cosas que no nos corresponden
opinar, entender, saber
pero aún te quiero tanto, mujer
que tienes que saberlas.
Aunque ambos sabemos que me hiciste daño
no fue tanto para sacarte de mi vida
quizás por un tiempo, quizás por un par de años
me costón un montón pizar otro peldaño.
Pero ahora, en la objetividad de alquien que te quiere (y nunca paró de hacerlo)
te digo, como amigo, que te me mereces el mundo entero
alguien que te mime, y que no te haga sentir menos.
Si al final del día las piedras que se caen
no te sirven de cimientos.
Y aunque te gusten mucho esas piedras
no sirven para nada.
Te quiero, sí, te quiero, como algo más que mi amiga
te quiero como esa niña que conocí hace tiempo atrás
con la que podía quejarme de mi día
sin estar triste, porque hablaba contigo.

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