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sábado, 14 de mayo de 2016

A veces, como ahora, que te extraño
me pregunto, fumando, si me extrañarás a veces
y el cigarro se me consume con la duda
y la ingenuidad innecesaria de que sí lo haces.

A veces, como ahora, me dan ganas de hablarte
y preguntarte, como antes, cómo estuvo tu día
pero me acuerdo que lo intenté un par de veces
y me di cuenta que ya no querías contarme.

A veces, como ahora, me quedo mirando la playa
y me inquieta un poco no saber qué hice para que me odies tanto
y me dan ganas de pedirte perdón, por haberte fallado
y por no poder ser siempre eso que a ti te servía.

Y me acuerdo que también soy humano y tengo derecho a equivocarme
y me acuerdo que estoy un poco enfermo y pensé que me entenderías
y me acuerdo que tuve razón al final del día.
Cuando te apostaba que un día te iba a terminar lateando.


Lo siento, te extraño, pero no te necesito
Hace mucho tiempo que no necesito a nadie
si un día quieres hablarme y contarme de tu día
me da verguenza admitirlo, pero te estaré esperando.

Y ojalá un día me digas qué hice exactamente
para que me odies tanto.

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