leyendo lo que escribía
no soy poeta
soy un fraude.
Todos en esta habitación hemos tenido bastante.
Y les agradezco de corazón haberme acompañado
pero el viaje se estropeó en el camino.
Entre las clonas y el alcohol
nadie me dijo que un corazón roto no se desinfecta
los antidepresivos no son antibióticos.
Hoy me di verguenza
leyendo lo que escribía
no eran poemas, de prosa libre.
Eran gritos desesperados
diciendo que las extrañaba.
Y se merecen mucha más elegancia que esa
estamos trabajando para ustedes.
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