Ella era una morena de ojos azules
la conocí una noche haciéndome el chistoso
ella me tomó la mano y me miró a los ojos
y me dijo que la vida era más que risas
Y se fue moviendo sus caderas
y me dejó el blues en las venas
y un sabor amargo en la boca
y uno de esos besos que parecen poca cosa
y la seguí, y la tomé de la mano
y tenía la pinta de quererme en vano
la miré a los ojos, me miró al alma
y suspiró aliviada, suspiró con calma
y se dió cuenta de los poemas
y todos los problemas
y de como se vivía con la tristeza
en la punta de la lengua
y con un cuerpecito hecho
justo para mis versos.
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