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martes, 11 de enero de 2022

 La lluvia paró en el cielo

cuando comenzó en mis ojos

tus manos eran lo único que tenía

y te las llevabas.


A veces confundo tu silueta

y me doy cuenta al díá siguiente

nunca eres quien estoy buscando

jamás pude ahuyentar tus labios.


Sé que ahora soy una anécdota

en el preludio de tu matrimonio

aunque sé que a veces suspiras

y te acuerdas de mis manos

cuando las tuyas no son suficiente.


Probablemente él te ame más

y tú lo ames como nunca haz amado

pero mis dientes en tu piel te recordarán por siempre

jamás tendremos lo que solíamos tener

uno

con

el 

otro.

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