Fue un día de otoño que desperté
Y no sentí ganas de encender un cigarro
La ventana no escuchó mis problemas
Y de repente deje de buscar el invierno en tu mirada
Ni el sol ni la noche eran tu pelo
Y la luna no estaba estampada en tu piel
El viento no susurraba ningún nombre
Y el Vaivén del reloj solo era un segundero.
Fue un día de otoño que desperté
Y la aurora boreal ya no estaba en tus ojos.
Le sonreí a tu ausencia
Y ella me sonrió de vuelta.
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