Ella tuvo varios nombres en la historia
a veces de cinco letras, otras de nueve
sus ojos a veces eran café
y otras veces grises.
Pero había algo que nunca cambiaba
decía te quiero dándole la espalda
y tomando una mano que sabía
no era la correcta
pero sin hacer nunca nada al respecto.
De vez en cuando volteaba la miraba
y con tristeza imaginaba lo que pudo haber sido
y con nostalgía pensaba que le gustaba
pero no hacía nada al respecto.
Jamás fue una persona muy proactiva
y en cuanto al corazón rayaba en el mediocre
en lo cruel y en lo insano
vivió su vida apegada al incorrecto
y con miedo a volver del todo.
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