Te hable cordialmente el otro día en la noche
preguntándote como estabas y cómo te iba en la vida
deseándote la mejor de de las cosas
y con una esperanza ingenua y desesperada
de traerte de vuelta a mi vida.
Sé lidear con tu dolor mejor que con el de cualquier otra
y todavía puedo dibujar tu silueta con mis dedos
los recuerdos más felices son los de nosotros en la cama
y tu cara sorprendida preguntando si es el sol
lo que brilla por la ventana (y tu verguenza cuando te dijes cuenta
que era la luz del departamento del frente).
te he extrañado harto ultimamente
aunque seas de otra y jamás haya sido mía
quiero escuchar tu voz enojada diciendo mi nombre
mientras me apretas la cara como pidiéndome que no me fuera nunca.
Gracias por no responderme
me hubiera arrepentido mucho.
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