Todo comenzó en la tarde de un otoño que en realidad era primavera
una primavera que para los poetas lucía como el invierno más helado
pero para el resto de la gente no era más que un caluroso verano.
Una década de luto por la muerte del romanticismo
Esos años en que el antaño seguía en el pasado
El arte de divagar en palabras sin sentido
Es el fruto de años, de un corazón destrozado.
Era un niño normal mas sin embargo
Era bastante dulce para ser tan amargo
Era sopa caliente en una heladería
En pleno verano con la estufa encendida.
Sus virtudes se resumen, o al menos resumían
En no intentar suicidarse o en no lograrlo cada día
un humor enfermizo que rayaba en lo cruel y lo insano
y esa capacidad innata de parecer humano.
Un autoestima por debajo de la media
y por media me refiero a calcetín
mas sin embargo, pero y no obstante
un ego y ambiciones desorbitante.
Vivía su vida como quien vive su vida
Y digo esto a falta de analogías
Se procupaba de comer, respirar y no aburrirse
Y a veces incluso, hasta divertise.
Sus anhelos dependían de su estado emocional
y sus emociones dependían netamente del clima
En diciembre, enero, febrero y marzo lloraba
y en Octubre, sonreía.
