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viernes, 11 de octubre de 2019

el blues del escritor

soy un escritor mediocre
con tendencia al alcohol
tengo una sola vida
mientras menos es mejor
tengo muy poco tiempo
y lo uso para amar
a veces gente nueva
y otras para recordar
aunque casi no me acuerdo
pero por educación
han habido pocos nombres
pero demasiada acción 

soy un escritor mediocre
dentro de esta burocracía
gente que almuerza
dentro de la farmacía
vagabundos que, no transitan por lugares
es gente que perdida anda con sus celulares

soy un poeta mediocre
víctima del tiempo
víctima de mí
que no ahogo mis sentimientos
y mi sufrimiento, luego se lo lleva el viento
y a mí, un día, que me  lleven las olas
y si no hay marea
bueno será una pistola.

soy un escrito mediocre
y con esto, me despido
olviden lo que fui
y recuerden como me he ido.

lunes, 7 de octubre de 2019

Monólogos de sillón inclinado. N°1.

Cuando el psicólogo me pidió (esto hace fue como ocho años creo) que escribiera tres cosas que me gustaran de mí jamás pensé que me iba a costar tanto responder, peor aún, jamás pensé que me iba a quedar dando vuelta esa pregunta por tanto tiempo, o sea, siempre me ha gustado mi cerebro (la mayor parte del tiempo) pero fuera de eso podría decir con total certeza que me odio, y harto, o sea, no, odiar no es la palabra, aborrecer creo que es, pero bueno, hace mucho mucho tiempo que aprendí a vivir con eso, porque mi cabeza es bacán, y me ayuda a razonar cosas que otras personas no pueden (oh sí que genio), en verdad no que no pueden, cosas que otras personas no quieren razonar porque significaría dejar de auto compadecerse y tener una excusa menos para sentir lástima y victimarse. En fin. podía decir mi inteligencia, mi sentido del humor, y que de verdad a veces escribo como los ángeles, pero eso se puede resumir en mi cabeza y prefería ser digno y reconocer que no encontré más cosas que parafrasear la misma varias veces. Después te conocí, y la primera vez que hablamos por celular me dijiste que te gustaba mi voz, y nunca me había puesto a pensarlo, pero mi voz es bacán (no, no como canto, fuí bendecido con muchos talentos, el canto no fue uno de ellos), pero sé rematar un escenario con tonos, sé transmitir lo que quiero, y bla bla bla, me hiciste notar que me gustaba mi voz. Una vez me dijiste que siempre te gustaba lo que escribo, y fue bacán, porque a mí siempre me ha gustado lo que escribo (ya, bueno, no sieempre), pero ahí empecé a apreciar que en verdad, soy súper buen escritor, y el tiempo me ha demostrado que a harta más gente le gusta lo que escribo, y al ser reconocido por terceros, ya podía desligarlo de mi ego, y considerarlo como otra cosa. Estaba tan feliz por llenar esa lista. Le conté al psicólogo, no, mentira, no le conté porque ya habían pasado varios años de la última vez que lo visitaba, pero igual estaba feliz, porque completar esa lista estaba dentro de mis pendientes. Un día me dijiste, y cito (¿ les conté alguna vez que tengo MUY buena memoria?); "erí, erí bacán" (así, sí, titubando para efectos dramáticos), y aunque ya me lo habían dicho antes, generalmente amores súper pasajeros (pero súper intensos) nunca me había alegrado tanto como cuando me lo dijiste tú, que no hayas sentido nada por mí no sé si lo empeoraba, pero ciertamente no lo mejoraba, en fin, estaba feliz. Imagínate.

ya podía escribir cuatro cosas.

- mi cabeza.
- mi voz.
- mis poemas.
- SOY bacán. (referencias disponibles)

Antes de continuar. Hace un par de años renuncié a dos cosas; en verdad, a la búsqueda imperante de dos cosas; al amor, y a la felicidad. Y he vivido en un estado mucho más tranquilo desde entonces, muy drogado, pero más tranquilo (he escrito mucho, mucho menos), pero cuando hablo de ti, porque hablo de ti muchas veces, eres el mejor ejemplo de muchas cosas en mi vida (tranquila, todas buenas y nunca uso tu nombre), me dan ganas de volver a buscar las dos cosas, por suerte, nuestras situaciones cambiaron y ahora el único motivo que tienes para hablar conmigo es un asunto de cortesía, y, aunque lo supongo, esto lo aprecio mucho, el recuerdo del cariño que alguna vez nos tuvimos te incita a no hacerme sentir mal y responderme, aunque te prometo que no es necesario, te entiendo perfectamente, ¿a qué voy con esto?, quizás mañana recuerde este momento, y me de cuenta que estaba siendo feliz, sin buscar serlo, quizás, aunque lo dudo enfáticamente.

en fin. volvamos a lo que iba, cosas pasaron, y aunque estaba en la obligación moral, y psicológica de deshacerme en perdón y buscar redención de una manera u otra, tú no las aceptaste (aunque, y de nuevo, my bad, debo reconocer que hacerlo ebrio le quita harta validez a las cosas que hago), cuando eso pasó, o no pasó mejor, me di cuenta de tres cosas, que me tuvieron triste, y hoy me tienen inquieto;

- mi voz no es agradable.
- mis poemas no son tan buenos.
- yo no soy tan bacán.

y gracias al aderrall, mi cabeza es más bacán que nunca, pero ya no me gusta tanto.

ojalá poder olvidar la lista, o encontrar tres cosas nuevas luego, no es que me deprima, es que me inquieta.

pero oye, obvio que siempre te voy a hablar con alcoholcito en el cuerpo
si no puedo aguantar la ansiedad de hablarte sobrio
y esperar que me respondas.

o sea, ya nunca más
no te preocupes 
me queda un poco de respeto por mí
y me sobra cariño por ti 

mi psicólogo está súper decepcionado
pero al menos me devolvió el dinero. 




















un cigarro antes del gimnasio
porque de verdad quiero quererme
pero me odio
con tantas ganas.