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miércoles, 14 de marzo de 2018

El hombre que renunció al amor.

Vivía su vida sin esperar muchas cosas
e hizo de la inercia el lema de su casa
entendió que se marchitan todas las rosas
y las cosas que no curan, después pasan.


Hizo del olvido su mejor amante
y a la nostalgia una prima lejana
sabía que ya había sufrido bastante
y la cicatriz duele mientras sana.


A veces la veía pasar, siempre de espalda
y escuchaba el sonido inquietante de tu sonrisa
y se acordaba de esos ojos azul esmeralda
y esperaba que se fuera, sin prisa.

y abria la boca para dejar escapar las mariposas
y miraba indiferente ante tu presencia
y dejaba escapar una sonrisa nerviosa
y disfrutaba el ajeno olor de tu esencia.

Y por el día no le importaba nada
vivía las horas y los minutos pasaban
y en la noche leía cuentos de hadas
y se sentaba a pensar si acaso la extrañaba.

Pero se convencía de haber renunciado
y miraba  con énfasis al futuro
y prometia no pensar de nuevo en pasado
ni quererte de nuevo, ni ser inseguro.

y se mordía la lengua para no hacer poesía
y se rompía los dedos para no escribirte
él sabía muy bien cuánto te extrañaba
y sabía muy bien que nunca debió irse.

Pero renunció al amor, es todo lo que importa
perdió la capacidad de amar
el papel más fino, es el que más corta
y toda la playa es arena cuando se va el mar.