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viernes, 21 de diciembre de 2012

El buen suicida.

Todos los viernes en la tarde compraba una cuerda nueva
pero ninguna se sentía bien amarrado a su cuello
y quería morir lo más cómodo posible.
Los miércoles en la mañana, dependiendo del clima,
cargaba su pistola y desactivaba el seguro
pero no tenía la fuerza para apretar el gatillo
Los lunes en la noche, casi siempre después de las noticias
planeaba tomarse mil aspirinas y terminar con todo
pero después de las primeras 3 empezaba a sentirse mejor.
El buen suicida era un buen suicida
porque aunque nunca se suicidó
jamás le contó a alguien que lo intentaba por lo menos
tres días a la semana.

lunes, 17 de diciembre de 2012

Yo, tú, él, ella - él. (no le importante)

él era un hombre muy oportuno
y el tipo más afortunado que conozco
su nombre también cambió muchas veces en el tiempo
pero eso jamás fue lo importante.
Jamás tuvo la culpa de nada
porque llegaba siempre cuando la leche estaba en el suelo
saltaba el charco y se llevaba el vaso.
Él lo odiaba de hombre a hombre
y lo odió varias veces pero cada vez más intenso
más de una vez se llevó un golpe
pero jamás recibió su merecido.

Yo tú él y ella - Ella.

Ella tuvo varios nombres en la historia
a veces de cinco letras, otras de nueve
sus ojos a veces eran café
y otras veces grises.
Pero había algo que nunca cambiaba
decía te quiero dándole la espalda
y tomando una mano que sabía
no era la correcta
pero sin hacer nunca nada al respecto.
De vez en cuando volteaba la miraba
y con tristeza imaginaba lo que pudo haber sido
y con nostalgía pensaba que le gustaba
pero no hacía nada al respecto.
Jamás fue una persona muy proactiva
y en cuanto al corazón rayaba en el mediocre
 en lo cruel y en lo insano
vivió su vida apegada al incorrecto
y con miedo a volver del todo.